ILUSTRANDO VERSOS DE AZORÍN
Foto nº 01
Yo no sé lo que tiene esta pequeña ventana: si hablara de dolores, de sollozos y de lágrimas, tal vez al concretarla, no expresaría mi emoción con exactitud; porque el misterio de estas ventanas está en algo vago, algo latente, algo como un presentimiento o como un recuerdo de no sabemos qué cosas…

Foto nº 02
Son las once. A lo lejos, en el santuario, tintinean campanas graves, campanas agudas, campanas que suenan lentas y se apagan en largas vibraciones. El sol entra violentamente por el ancho ventano y hace brillar los pintorescos tejuelos de los libros.

Foto nº 03
Y Yuste, en estos días grises, pero templados, de los comienzos de la primavera, pasea entre los árboles desnudos, se sienta junto al manantial cristalino, escucha el susurro del agua que cae en el estanque cubierto de un suave légamo verde. Y en esta soledad, en este sosiego sedante, lee una página de Montaigne, unos versos de Leopardi, mientras el agua canta y la tierra –la madre tierra- calla en sus infinitos verdes sembrados, en sus infinitos olivos seculares.

Foto nº 04
La llanura verdea en su extensión remota; los sembrados están altos y se mueven de cuando en cuando, como oleadas, mecidos por ráfagas suaves de aire templado.

Foto nº 05
En el verano, las alcarrazas y los cántaros, llenos de fresca agua, van rezumando gotas cristalinas, y en la penumbra y el silencio en que está sumida la casa, en tanto que fuera abrasa el sol, es éste un espectáculo que nos trae al espíritu una sensación de alegría y reposo.

Foto nº 06
Azorín se retira. La habitación es una larga estancia de paredes desmanteladas. Ni un lienzo, ni una chillona oleografía, ni una estampa mancha el monótono enlucido. El piso es de ladrillos blancos…La luz escasa de una lamparilla ilumina el cuarto. En un extremo, sobre la mesa, los libros, en borrones rojos, azules, amarillos, cortados por vetas blanquecinas, resaltan junto al ancho trazo negro de una botella.

Foto nº 07
Esta mañana Yuste y Azorín han ido a una de las casas del contorno: una casa de la familia de Iluminada. En la cocina han encontrado al Abuelo: el Abuelo es un viejo, padre del arrendatario, que ha trabajado mucho durante su vida ruda, y ahora que ya no puede hacer las faenas del campo, permanece junto al fuego, haciendo las labores de esparto, cuidando de su nieta.

Foto nº 08
La última estación es la iglesia Nueva. Sus anchas naves clásicas están silenciosas…Ya los dinteles de las puertas, las cornisas, la parte superior de los muros, la iglesia toda, tiene un desolador aspecto de ruina. Y Azorín piensa en la inmensa cantidad de energía, de fe y de entusiasmo, empleada durante un siglo para levantar esta iglesia, esta iglesia que apenas acabada ya se está desmoronando…
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